Todos los presidentes del país siempre han tenido guardaespaldas, claramente andan armados, pero discretamente, manteniendo siempre la investidura de la persona protegida, que ocupa el mayor cargo de autoridad en el país.
Por Jarmon Noguera Con absoluto asombro y desprecio, muchos vimos al presidente de la República, Rodrigo Chaves, durante su gira por la zona sur, escoltado por guardaespaldas portando armas de grueso calibre que nunca han estado en el imaginario de los costarricenses.
Por su puesto que sabemos que el máximo representante del país debe de contar con seguridad personal, todos los expresidentes la han tenido, pero nunca se han exhibido como si se tratara de los líderes de grupos paramilitares.
Incluso, durante esa gira un funcionario que brindaba seguridad al vicepresidente de la República, falleció en un lamentable accidente de tránsito, y para dar la noticia, así como el pésame a la familia y compañeros del funcionario, el Mandatario grabó un video donde sale uno de sus escoltas exhibiendo un arma, absolutamente fuera de lugar.
Ni cuando vino al país el hoy expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, se vieron semejantes escenas, y sin lugar a dudas el mandatario estadounidense siempre tendrá mayores enemigos que alguien que dirija las riendas de Costa Rica.
No se duda que don Rodrigo Chaves pueda recibir amenazas de muerte, pero eso no justifica que exhiba un armamento militar por donde camine.
La escolta y seguridad presidencial siempre ha existido, Laura Chinchilla en 2013, en medio de una agitación social por la concesión a OAS de la ampliación de la carretera San José – San Ramón, debió cercar el parque Juan Santamaría para realizar el acto de conmemoración del 11 de abril, pero eso no hizo necesario que se exhibieran armas.
En Nicoya, el entonces presidente Luis Guillermo Solís, en su última visita un 25 de julio, no gozaba de mayor popularidad, por el contrario casi se había dicho que no querían que llegaran y las manifestaciones fueron muy fuertes, pero eso tampoco hizo que se debiera dar una exhibición de militarización.
Todos los presidentes del país siempre han tenido guardaespaldas, claramente andan armados, pero discretamente, manteniendo siempre la investidura de la persona protegida, que ocupa el mayor cargo de autoridad en el país.
Esta escena del Presidente Rodrigo Chaves fuertemente custodiado con armas de grueso calibre en el momento de inseguridad que vive el país, con una cantidad de homicidios a diario que supera todas las estadísticas, asaltados y delincuencia por doquier, hace un flaco favor y se envía un mensaje absolutamente equivocado.
O a lo mejor el Mandatario está reconociendo inconscientemente que la seguridad se les salió de control y hasta él camina con miedo aún por las comunidades más lejanas del país.
Señor Presidente, nadie le dice que ande solo, nadie le dice que maneje usted el vehículo oficial, pero si le pedimos respeto a la investidura que el pueblo le otorgó, esos matones armados no le lucen don Rodrigo.
