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Foto del escritorRedacción | Crónica, el Diario de la Gente

Volcán Rincón de la Vieja está en fase de mayor actividad eruptiva

La actividad eruptiva de este coloso se viene registrando desde 1750 y ha demostrado de la fuerza que tiene y de lo que es capaz en caso de erupciones más fuertes.

Jarmon Noguera González | redaccion@cronica.cr


En los últimos días el volcán Rincón de la Vieja ha mantenido a los vulcanólogos y autoridades de emergencia en alerta, ya que ha presentado un incremento en su actividad generando varias erupciones e incluso lanzando material incandescente.


Por eso la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) mantienen un monitoreo constante para poder reaccionar ante cualquier eventualidad.


Sin embargo, esto no es la primera vez que ocurre, según explicó Javier Pacheco, vulcanólogo de este último organismo, quien destacó que este es un volcán que desde 1750 ha venido teniendo actividad.


“Lo que sabemos es que es un volcán que se mantiene activo casi permanentemente, pero tiene sus periodos de calma y libres de actividad”, dijo Pacheco.


Pero hay periodos donde la actividad es más intensa que otros y ejemplo de ello fue lo que ocurrió en las décadas de los 60`s y 70`s cuando las erupciones incluso llegaron provocar daños en infraestructura.


“Tanto al sur como al norte del volcán se registraron daños, claro la infraestructura en aquellos tiempos, era muy débil y eran zonas con muy poca población”, agregó Pacheco.


Si bien para la década siguiente la actividad mermó considerablemente, en los 90`s nuevamente el Rincón de la Vieja se hizo sentir, y un ciclo de erupciones nuevamente alarmó a los pobladores y provocó daños importantes, nuevamente.


Entonces, si bien no es el volcán con mayor fama del país, lo cierto del caso es que ya hay un registro de erupciones fuertes que asustaron a los habitantes de las zonas aledañas al volcán y estas provocaron sus estragos a nivel de las construcciones cercanas.


Nuevo ciclo


“En el 2011 comenzó este nuevo ciclo eruptivo, lo que hace es que muestra fuerte actividad unos meses, luego se calma por unos meses y vuelve a la actividad, y ahí va”, señaló Pacheco.


Justamente fue en noviembre del 2022 que esta actividad nuevamente se detectó, vinieron las erupciones freáticas y luego explosiones a lo interno del cráter, para desde entonces tener picos de actividad y luego bajar.


“El 21 de abril de este año tuvimos la erupción más grande y para mayo comenzó a tener más actividad, más seguidas, con mayor energía y la probabilidad de que vaya a cambiar su comportamiento es poco probable”, expresó Pacheco.


Lo curioso de esto es que muchas personas están sorprendidas con las erupciones que se están viendo ahora, pero en realidad en el 2020, mientras todo el mundo pensaba en la pandemia, este volcán estaba más activo que nunca y registró 1200 erupciones en ese año, la más grande desde que se tiene registro.


Para Pacheco, pese a que la madrugada de este lunes se dio incluso lanzamiento de material incandescente, no hay todavía motivos para pensar que puede venir algo más fuerte, por lo que, si bien hay que estar alertas, no hay que preocuparse demás ante la actividad del volcán.


“Por ahora, hasta lo que hemos medido hoy, no hay nada que sugiera que el volcán podría entrar en una actividad más energética y el hecho de que haya material incandescente, se vio en el 2021, 2022 y ahora, no es nada nuevo”, comentó el experto.


Conociendo los ciclos anteriores, en este momento parece ser más posible que vaya hacia un nuevo periodo de calma a que vaya a venir algo más fuerte, pero como ya es sabido, lo que pase dentro del volcán no se puede saber.


Lo que si se debe tener claro, es que pese a que no se espera algo mayor, ya hay contaminación de ríos porque lo que se derrama baja por las cañadas y llega a los que están cercanos y eso se evidencia con el color extraño y el olor a azufre que es señal de contaminación.


Respecto a infraestructura y poblados, los más cercanos están a 4 kilómetros y hasta ahora la caída más cercana fue una roca que llegó a un kilómetro, por lo que no ha llegado nada de lo lanzado, lo más ha sido ceniza pero en una cantidad mínima.


Por ahora el volcán mantiene su comportamiento y no se pude bajar la guardia, pero con una relativa calma, de que su ciclo podría ya haber llegado al momento de más fuerza.

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